top of page

14-01-21

14-01-2021(2).jpg

  Cuando comenzaste a toser y te mediste la fiebre, me comencé a asustar.
  Días más tarde, la fiebre subió y empezaste a tener dificultad respiratoria. Aquella noche tuve que llamar al hospital, apenas respirabas.
  Todos los días llamé, pero no me cogían el teléfono. Una semana después de aquella noche, a altas horas de la madrugada, corrí por el pasillo escuchando el sonido que tanto esperaba; estaba preocupada, pero nunca creí que me fueran a decir lo que me dijeron.
  He actuado durante años, he escrito miles de historias, he llorado bajo la manta a merced de un libro; mas nunca dos palabras me habían hecho tanto daño.

  Antes de aquello, ya había imaginado miles de veces tu pérdida. Tu enfermedad ya te comenzaba a carcomer, sabía que te iba a perder; mas siempre imaginé que quedarían años, que te curarías o, simplemente, que
yo, al menos, estaría presente.
  De verdad que nunca imaginé que nadie tuviera que decírmelo.
  Creí que lo presenciaría; que, podría tocar tu mano y ver tus ojos cerrarse; que podría oír tus últimas palabras. De hecho, casi pensé que no volvería a escuchar nada después de aquello, no de la misma forma.
  No sabes lo estúpida que me siento de haber sido asintomática; tendrías que haberlo sido tú,
no yo.
  Nunca me imaginé escribiendo esto…
  Y me rio, porque tú me decías que nunca diga “nunca”, mas no puedo dejar de hacerlo; me
pediste muchas veces que no llorara y, te intentaba obedecer, mas ya no puedo.

    Adiós.

Tu fiel compañera.

© 2023 by Name of Site. Proudly created with Wix.com

Unapizcadelectura_13

  • icon
bottom of page