PARECIÓ

 Un día en que, supongo, me levanté de un salto apoyando los dos pies a la vez, giraste la cabeza hacia donde yo estaba.
  No sé si fue la primera vez en tu vida o si antes habías reparado en mi existencia; ni siquiera sé si todo fue obra de mi imaginación.
  No me explico cómo se las apañó el mundo para conseguir que yo escuchara tus pasos; tampoco me explico cómo debo de estar últimamente para haber creído que te fijaste en mí y que tu párpado derecho cayó.
  Sigo pensando que el no dormir me está provocando sueños en el día o, mejor dicho, pesadillas; porque la escena persigue mi pensamiento.
  Y es que casi parece que te has encadenado a mi memoria con una fuerza sobrenatural.

  Casi parece que invocas almas para que me persigan y me pongan tu nombre por delante.

  Casi parece que eres inolvidable, inmortal en el mundo de una chica olvidada, inmortal en mi mente.

​

  Todo me confunde lo suficiente como para preguntarme si, realmente, quiero olvidarte... Creo que no, pero duele pensar que, seguramente, tú a mí ni siquiera me has visto, soy invisible y lo sé.