PISADAS

  El viento susurra en los oídos mientras los ojos perciben cómo la niebla se expande poco a poco. Todo matiza que algo se acerca.

   Agachada, apartas la mirada para ver la de tu compañero. Aterrorizado.

  Cierras lo ojos y piensas; no sabes qué está pasando. Solo sabes que estabas tranquilamente en tu habitación; cuando él irrumpió arrastrándote y gritando: “¡Corre!”. Mientras unos pasos feroces sonaban amenazadoramente cerca.

  De repente te das cuenta de que no están sólo en tu cabeza, sino que algo se vuelve a  acercar. Vuelves a abrir los ojos. La mirada aterrorizada y dulce de tu compañero a… desaparecido, en su lugar, algo rojo comienza a aparecer. Oh, no. Ya n…